Por: Percy J. Paredes Villarreal
Me aprestaba a escribir un artículo referido a los movimientos socioculturales en la lucha contra el gobierno central; y me llega un mensaje a mi WS de un colega peruano, que actualmente es docente en una universidad norteamericana, pidiéndome referencias por algún especialista en temas referido a “Ollas Comunes”. El cual le respondo negativamente, pero a la vez comienzo a hacer análisis y recoger algunos hechos sociales e históricos sobre esta actividad, que ha formado parte de la historia de nuestro país y se encuentra inmerso en la idiosincrasia y cultura nacional.
Las “Ollas Comunes”, surgen como una expresión organizacional de las familias, gremios sindicales, movimientos sociales y políticos; asimismo, de lucha contra la pobreza, institucionalizándose como organización social, etc. Generando expresiones de reciprocidad, comunitarismo, solidaridad. Esta tradición se ha sostenido a lo largo de nuestra historia.
A continuación, vamos a describir algunos extractos de hechos sociales e históricos referido a las “Ollas Comunes” en nuestro país.
LAS “OLLAS COMUNES” EN LA LITERATURA PERUANA:
En días pasados tuve la oportunidad de escuchar la conferencia de la historiadora Sara Beatriz Guardia, cuyo tema ha sido “Micaela Bastidas. Cacicas y Caudillas. La lucha por la emancipación”, donde describe las más de 700 sublevaciones que hubo durante la etapa colonial de nuestro país, por parte de los y las indígenas contra el yugo español, y donde las mujeres cumplieron un papel muy importante, como: lideresas, cacicas y rabonas.
Quiero rescatar el rol que cumplieron las rabonas, aunque algunas/os desconocen quienes eran o que función cumplían en esta etapa; estas eran las encargadas de brindar atención en salud y alimentación a los soldados que luchaban contra el yugo español, por la independencia de nuestra patria.
Es importante mencionar que este legado se viene reconociendo a partir de las diversas gestas emancipadoras y lucha contra la invasión chilena, particularmente. Históricamente existen estudios e investigaciones, que se han venido difundiendo, recuperando y reconstruyendo el rol importante de la mujer; referidos a los tipos de organización social y cultural, creados en el tiempo y espacio, y que ha estado ubicado dentro del anonimato. Podemos mencionar estudios referidos a Micaela Bastida, Doña Francisca, La Mariscala, etc.
Del mismo modo, Flora Tristán en su libro “Peregrinación de una paria”, resalta el rol de estas mujeres indígenas que acompañaron a sus parejas, asistiéndoles con sus heridas, y preparándoles sus alimentos mediante las “Ollas Comunes”, que realizaban para todas las tropas.
Considero que estas mujeres denominadas “rabonas”, fueron las creadoras de las “Ollas Comunes”, que a lo largo de la historia peruana, se ha venido dando dentro del marco de las luchas políticas, sociales y económicas. Específicamente se iniciaron en los sectores indígenas y luego pasaron a formar parte del espectro social, popular y en los sectores de la clase oprimida; realizándose de manera consciente e inconsciente, sosteniéndose a lo largo del tiempo.
Guillermo Thorndike, en su obra “Maestra Vida”, describe las grandes luchas sindicales del SUTEP, particularmente contra la dictadura militar de Morales Bermúdez en 1979; menciona como los docentes se trasladaban caminando desde los diferentes lugares del país con dirección a la capital mediante las denominadas “Marchas de Sacrificio”, exigiendo la renuncia del General Morales Bermúdez, y la convocatoria a una Constitución Política y a nuevas elecciones presidenciales.
Estas movilizaciones de maestros se realizaban de manera organizada, y conforme llegaban a un determinado lugar, eran recibidos por sus colegas, madres de familia, etc. Y allí preparaban las famosas “Ollas Comunes”, que eran atendidos y atendidas a los docentes y dirigentes.
En algunas ocasiones, la policía iba a los lugares donde preparaban los alimentos, y comenzaban a votar la comida para impedir que le den a los huelguistas, manifestantes y quedarse de hambre. Pero, no podían conseguir su objetivo porque nuevamente se formaba una comisión y salían casa por casa, otros se iban a los mercados, a pedir colaboración y ayuda para la “Olla Común”; de esa manera retornaban con muchos víveres para preparar los alimentos, tanto para la mañana, tarde y noche como también para varios días.
LAS “OLLAS COMUNES” DURANTE LA ETAPA DE LA INDEPENDENCIA, LA GUERRA CON CHILE Y LOS CONFLICTOS INTERNOS POR EL CONTROL DEL PODER POLÍTICO:
También “Las Ollas Comunes” se ve reflejado, en las luchas por la independencia de nuestra patria, donde los indígenas se enfrentaban al ejército español, estos tenían que trasladarse de un lugar a otro; y en muchos de los casos las “rabonas” se enrolaban en los movimientos independistas, para acompañar y atender a las tropas, a sus parejas y enfrentar al ejército realista; de esa manera, las mujeres eran las que se encargaban de brindarles calor, curar sus heridas y también alimentarlos.
Del mismo modo, sucedió en las batallas de Junín y Ayacucho, por la independencia donde encontramos a las rabonas cumpliendo dichas funciones; luego sucedió en la guerra contra la invasión chilena; ya que mientras los criollos entregaban sus riquezas a los invasores chilenos, y apoyaban a las tropas mapochas; los indígenas se agrupaban tras el mando del “Brujo de los Andes”, Andrés Avelino Cáceres, para enfrentar y atacar a las tropas invasoras. Allí encontrábamos a las rabonas acompañándolas, a veces se enfrentaban a las tropas enemigas para impedir que maten a sus parejas o a sus hijos.
Y también en los conflictos internos por el control del poder político, donde también las mujeres cumplían ese rol de preparar las “Ollas Comunes” para alimentar a las tropas.
LAS OLLAS COMUNES EN LAS MOVILIZACIONES SOCIALES DE LOS TRABAJADORES CONTRA LA PATRONAL:
En la etapa del siglo XX, en los inicios de la industrialización, y la lucha por las 8 horas, las protestas de los trabajadores tanto obreros y campesinos, que se movilizaban; también encontramos a sus mujeres con sus hijos menores acompañándolos, y ellas eran las encargadas de realizar las “Ollas Comunes”.
Del mismo modo, sucedía con los trabajadores mineros, de construcción civil, y de otros sectores que cuando se preparaban para realizar su huelga conformaban el comité de lucha o también denominado “piquetes de lucha”, donde se incorporaban a varones y mujeres, se les asignaban una determinada responsabilidad y tarea.
En sus inicios la primera etapa del conflicto era el trato directo o también denominado “dialogo”, y si la empresa no accedía a sus demandas, pasaban a una segunda etapa que era la huelga, teniendo tres etapas: 1) era a nivel local, 2) posteriormente se trasladaban a la capital de la región, y 3) si no había solución se iban a la capital del país; dentro de ese proceso los y las encargadas de preparar la “Olla Común” eran los que iban primero y buscaban un determinado lugar donde preparar la comida. Eso estaba en relación a la cantidad de personas que se trasladaban a un determinado lugar.
Asimismo, se conformaban una comisión encargada/a de ir al mercado, tocar las puertas, subir a los micros, ir por la calle pidiendo colaboración para preparar su “Olla Común”; de esa manera aparecía la solidaridad. En otros casos, los huelguistas acudían a algunos “paisanos” que eran del mismo lugar y los apoyaba con víveres. Estas acciones demostraban que todos estaban juntos y unidos.
Aún recuerdo a mediados de la década de los 90 del siglo pasado, mi comunidad donde vivi, era prospera en terreno y producción, ya que fue cooperativa; y con la llegada de Fujimori, dejaron este modelo empresarial asociativo para enrumbarse a otro de sociedad anónima, que en el corto tiempo llego un oportunista que les quito todo, pasando a una situación de pobreza.
Los trabajadores, no recibían sueldo, por lo que decidieron irse a una huelga, y al ver que no tenían nada comenzaron a preparar sus “Ollas Comunes”, algunos jubilados sostenían a sus familiares, otros que no recibían una pensión se adhirieron a este tipo de organización. Se formaron grupos de aproximadamente 20 personas entre hombres y mujeres, un grupo salía a buscar colaboración y apoyo económico, y otro se dedicaban a cocinar.
También, comenzaron a vender todo lo que tenían, como chatarra, con la finalidad de preparar su comida. E inclusive como la empresa tenía animales, como: caballo, yeguas, mulas, ya se imaginarán lo que hacían, con la finalidad de llevar un plato de comida.
LAS OLLAS COMUNES EN ESTOS ÙLTIMOS TIEMPOS:
En los últimos meses, hemos podido observar las movilizaciones socioculturales, por parte de las diversas organizaciones de preferencia aymara e indígena, donde hemos podido observar grandes manifestaciones y movilizaciones de ciudadanos y ciudadanas a nivel de sus territorios, posteriormente, regionales y luego se han trasladado a la capital del país; para expresar su repudio al gobierno nacional.
Dentro de ese aspecto, hemos podido observar prácticas y comportamientos socioculturales ancestrales que se pensaba que se estaba perdiendo; pero que se ha fortalecido como han sido: la solidaridad, la reciprocidad, el intercambio, el apoyo a los manifestantes a través de alimentos, dinero, bebidas, comidas, que les daban para que puedan continuar con su lucha política; continuándolo hasta las últimas consecuencias.
Tuve la oportunidad de hacer campo en una jornada de lucha de los hermanos aymaras y quechuas, que se concentraban en la plaza “Dos de Mayo” de la capital del país. Allí pude identificar a los hermanos puneños, divididos territorialmente que los identificaban con sus banderolas, y estaban juntos esperando el momento para movilizarse por las principales calles del centro de la capital del país.
Mientras que los hombres y mujeres comenzaban a llegar a partir de las 4 de la tarde, algunos grupos de un determinado territorio comenzaban a tocar sus instrumentos musicales, algunos cantaban y bailaban el ritmo de saya, con la canción “Dina Asesina”. Luego aparecían diferentes organizaciones, que llegaban para asistirles con alimentos, como: bebidas, refrescos, desayunos, comidas, etc., que eran preparados en otros lugares y lo trasladaban hasta el lugar donde se concentraban todos y todas las ciudadanas y ciudadanos.
LAS OLLAS COMUNES COMO PROGRAMA SOCIAL:
Si bien es cierto que esta acción social y cultural, ha tenido una relevancia sumamente importante, que vamos a encontrarlo a lo largo de nuestra historia, también en las invasiones de terrenos, las “Ollas Comunes”, ha cumplido un rol sumamente importante como espacio de autoorganización, y de sobrevivencia en sectores sociales de pobreza extrema, donde las familias comenzaban a organizarse para de esa manera brindar alimentación a todos los niños y familias que vivían en dichos lugares.
Las crisis económicas que ha existido en nuestro país, ha sido motivo para que muchas familias ubicadas en diversos lugares o territorios, han tenido que organizarse en lo que después se le denomino “Comedores Populares”, con la finalidad de preparar alimentos para poder brindar a las familias que se encontraban en situación de pobreza.
De esa manera se pudo institucionalizar los programas sociales, y desde el Estado fueron asumiendo la responsabilidad de asistirles en la autoorganización de las mujeres, mediante el reconocimiento como organizaciones sociales de base (OSB), y también dándoles sus respectivos alimentos, para que ellas se encarguen de preparar la alimentación y su respectiva distribución de manera prioritaria.
Este proceso tuvo poco tiempo, porque desde el Estado, consideró que el supuesto crecimiento económico que se tenía, se había erradicado la pobreza; Por lo tanto, las “Ollas Comunes” deberían desaparecer. Además, que el pensamiento neoliberal, plantea que cada persona debe hacerse cargo de su vida y su situación económica, y no se necesita de la presencia del Estado.
Pero, llegó el COVID-19, y nuevamente las madres de familia comenzaron a autoorganizarse para realizar las “Ollas Comunes”, y atender a las personas más necesitadas, preferentemente las que se encuentran en las zonas o territorios donde no existe presencia del Estado y hay mayor pobreza.
Por lo tanto, mientras exista capitalismo, con los diversos modelos de desarrollo que buscan sostenerlo, la pobreza y las “Ollas Comunes” van a seguir existiendo. Porque la explotación del hombre contra el hombre es la razón de ser de este sistema; y las desigualdades también van a predominar mucho.